lunes, 17 de mayo de 2010

Pausa






Por el momento y sin mas que decir me retiro.....
un saludo espero y esta informacion algun dia sirva de algo .....
se despide de ustedes .........


Cristiano Josualdo

Hijo prodigo de Vin Diesel

See You

VIH Sida


SIDA.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es responsable del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y ataca a los linfocitos T-4 que forman parte fundamental del sistema inmunológico del hombre.

Como consecuencia disminuye la capacidad de respuesta del organismo para hacer frente a infecciones oportunistas originadas por virus, bacterias, protozoos, hongos y otro tipo de infecciones.

La causa más frecuente de muerte entre enfermos del SIDA es la neumonía por Pneumocystis carinii, aunque también es elevada la incidencia de ciertos tipos de cáncer como los linfomas de células B y el sarcoma de Kaposi. También son características las complicaciones neurológicas, la pérdida de peso y el deterioro físico del paciente.

El VIH se puede transmitir por vía sexual, a través del contacto con sangre, tejidos o agujas contaminadas y de la madre al niño durante el embarazo o lactancia. Tras la infección, los síntomas del SIDA pueden tardar incluso más de 10 años en manifestarse.


Papiloma Humano


Papiloma humano

Este virus es el responsable de las verrugas genitales y también ha sido la causa de algunos casos de cáncer cervical y de otros tipos de cáncer genital.

Se desconoce qué es lo que produce este virus. El papiloma humano produce las verrugas genitales que son altamente contagiosas.

Síntomas

A unos tres meses de que una persona haya sido expuesta al virus, las verrugas aparecerán en el lugar en que hubo contacto con la persona infectada. Pueden aparecer varias verrugas al igual que una sola. Si no se tratan, ellas formarán un tejido carnoso con aspecto coliflor. En algunos casos las verrugas desaparecen, pero la persona continuará infectada.

Tratamiento

No existe cura para las verrugas genitales, ya que una vez se haya contraído el virus este permanece en el cuerpo. Las verrugas pueden ser extirpadas químicamente, por congelamiento, quemándolas, quirúrgicamente, en los casos de verrugas más grandes o por medio de rayos láser. Aunque estas se extirpen, las verrugas pueden reaparecer y siempre son contagiosas.

Clamidia

Es una enfermedad de transmisión sexual causada por una bacteria llamada Chlamydia trachomatis.

Se transmite a través del contacto sexual con una persona infectada con la bacteria, ya sea anal, vaginal o a través del contacto de la boca con los genitales. Si no se trata a tiempo, las consecuencias podrían ser serias.

Causa

En la mujer puede causar infertilidad, esterilidad, y enfermedad pélvica inflamatoria. En el hombre puede causar inflamación de la uretra, de la próstata y los testículos.

Síntomas

La mayoría de las personas que tienen clamidia tienen pocos o ningún síntoma hasta que la enfermedad está en una etapa más o menos avanzada. Cuando se presentan síntomas, éstos usualmente aparecen de una a tres semanas después de haberla contraído.

Las primeras señales pueden incluir: Flujo vaginal poco común, Dolor al orinar , Irritación en el recto , Inflamación de la membrana del ojo (conjuntivitis) , Dolor en la , parte baja del abdomen , Sangrado luego de tener relaciones sexuales , Sangrado entre periodos menstruales, Dolor durante la relación sexual ,

En los hombres también pueden sentir secreciones acuosas que sale a través del pene y ardor y picazón en la apertura del pene.

Tratamiento

Se les recetará antibióticos a la pareja infectada que deben tomarse durante siete días. La penicilina no se receta porque no es efectiva en el tratamiento de la clamidia. En su lugar se receta tetraciclina, doxyciclina o algún otro antibiótico.

Sifilis


Sífilis

Causa

Es una enfermedad de transmisión sexual ocasionada por la bacteria Treponema pallidum. Esta bacteria necesita un ambiente tibio y húmedo para sobrevivir, por ejemplo, en las membranas mucosas de los genitales, la boca y el ano. Se transmite cuando se entra en contacto con las heridas abiertas de una persona con sífilis. Esta enfermedad tiene varias etapas, la primaria, secundaria o principios de la latente. En la etapa secundaria, es posible contagiarse al tocar la piel de alguien que tiene una erupción en la piel causada por la sífilis. Esta no se contagia al tocar el asiento del baño o una toalla que ha sido usada por la persona infectada.

Síntomas

Existen cuatro etapas por la cual puede atravesar la enfermedad si no es tratada a tiempo.

Etapa primaria: El primer síntoma es una llaga (chancro) en la parte del cuerpo que entró en contacto con la bacteria. Estos síntomas son difíciles de detectar porque por lo general no causan dolor y, en ocasiones, ocurren en el interior del cuerpo. Una persona que no ha sido tratada puede infectar a otras durante esta etapa.

Etapa secundaria: Surge alrededor de tres a seis semanas después de que aparece la llaga. Aparecerá una erupción en todo el cuerpo, en las palmas de las manos, en las plantas de los pies o en alguna otra zona. Otros síntomas que se pueden sentir son fiebre leve, inflamación de los ganglios linfáticos y pérdida del cabello.
Etapa latente: La sífilis, si no es diagnosticada ni tratada durante mucho tiempo, entra en una etapa latente. En esta etapa no hay síntomas notables y la persona no infectada no puede contagiar a otros. Sin embargo, una tercera parte de las personas que están en esta etapa empeoran y pasan a la etapa terciaria de la sífilis.

Etapa terciaria (tardía): Esta etapa puede causar serios problemas como trastornos mentales, ceguera, anomalías cardíacas y trastornos neurológicos. En esta etapa, la persona infectada ya no puede transmitir la bacteria a otras personas, pero continúa en un periodo indefinido de deterioro hasta llegar a la muerte.

Tratamiento

Para un tratamiento rápido se receta la penicilina inyectada. Veinticuatro horas luego de la inyección la persona ya no puede transmitir el virus. Este tratamiento es efectivo en todas las etapas

Gonorrea



Gonorrea

Es de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más frecuentes y es causada por la bacteria Nelsseria gonorrhoese.

En la mujer

Secreción vaginal inusual
Sangrado vaginal inusual
Dolor en la parte inferior del abdomen
La mujer infectada, puede no tener síntomas o presentar ligeras molestias al orinar o flujo.

En el hombre

Dolor al orinar
Gotas de pus que salen del pene
En el varón tarda dos a tres días después del contacto sexual para producir síntomas (dolor al orinar, pues sale por la uretra).

La gonorrea y la infección por clamidia pueden ocasionar esterilidad cuando no son tratadas. Si es que una mujer infectada da a luz, su bebé podría contagiarse y quedar ciego a menos que reciba tratamiento.

Enfermedades de Transmision Sexual

Mencionare las 5 principales o mas conocidas en las siguientes entradas, cabe destacar chavos que hay que cuidarse por su seguridad y la de sus parejas......

Saludos de:

Cristiano Josualdo

hijo prodigo de Vin Diesel


Por que el Homosexualismo ?



En la actualidad, la mayoría de los católicos saben muy poco o nada acerca de las causas emocionales de la inclinación y conducta homosexuales. Tampoco conocen el poderoso papel que la espiritualidad católica puede jugar en la curación de la homosexualidad.

Las razones de esta ignorancia son muchas e incluyen: la escasa difusión de escritos que traten sobre el valor de la fe católica y de los sacramentos para la curación de la homosexualidad; el fracaso de la terapia tradicional en lograr el mismo objetivo; las opiniones en las Asociaciones de Psiquiatría y Psicología de EE.UU de que la homosexualidad no es un desorden; la influencia que poderosos grupos ejercen sobre los medios de comunicación social y sobre la educación, los servicios sociales, los servicios de salud y la política. Además, hay muchas personas y grupos dentro de la misma Iglesia que tratan de desvirtuar la doctrina moral tradicional sobre este tema.

La falta de conocimiento sobre las causas de la homosexualidad se extiende también a aquellos que dirigen a adolescentes y adultos. Los terapistas frecuentemente dicen a aquellos que buscan ayuda en este sentido, que la doctrina de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad es insensible hacia los homosexuales, poco científica y errónea. Les aconsejan que se acepten como personas creadas homosexuales por Dios. Desafortunadamente, los que así aconsejan son poco conscientes de los conflictos emocionales que causan la homosexualidad, así como del poder de curación existente a través del perdón y de la espiritualidad católica.

En mi experiencia clínica de los últimos 20 años, he sido testigo de la curación del dolor emocional que causaba la homosexualidad en varios cientos de hombres y mujeres. Su proceso de curación ocurrió, primero, a través de una psicoterapia que identificaba los orígenes de sus conflictos, y luego, por medio del perdón y de una espiritualidad católica.

Tal enfoque es similar al uso de la espiritualidad en el tratamiento del abuso de sustancias. Las mejorías radicales en el tratamiento de este problema ocurrieron sólo después de que la confianza en Dios se propusiera como la piedra angular del tratamiento. Anteriormente, la psicoterapia tradicional, por sí sola, sólo producía mejorías mínimas. El uso de la espiritualidad en el tratamiento de la homosexualidad ha seguido un modelo parecido.




Los orígenes de la homosexualidad

Los conflictos más comunes que predisponen a las personas hacia la homosexualidad son 1- la soledad y la tristeza, 2- profundos sentimientos de ser inadecuado y la falta de autoaceptación, 3- la desconfianza y el miedo, 4- el narcicismo, 5- el excesivo sentido de responsabilidad, 6- el maltrato sexual en la niñez y 7- el enfado excesivo.

Durante los períodos de tensión, estas dificultades internas se activan. Entonces pueden surgir fuertes tentaciones homosexuales en un intento por encontrar alivio o un escape al dolor emocional inconsciente. Esta dinámica de dolor emocional que puede llevar a la homosexualidad rara vez se manifiesta durante la infancia, pero normalmente se revela al principio de la adolescencia.

Veamos a continuación con más detalle cada uno de estos factores causantes de la homosexualidad que hemos mencionado:

1. Soledad y tristeza

En el pasado, la causa que con más frecuencia se veía de la tristeza que conduce a la homosexualidad en los muchachos era el rechazo, durante la infancia y la adolescencia, por parte de sus compañeros, con motivo de sus limitadas aptitudes atléticas. [Sin embargo, por razón de lo que se verá a continuación, trataremos esta causa un poco más adelante.]

Más recientemente, el fracaso matrimonial y familiar, con casi un 45% de niños y adolescentes que viven separados de sus padres, ha producido serios problemas de tristeza y soledad en la juventud. El Papa Juan Pablo II, en su Carta a las familias de 1994, ha descrito la trágica suerte de estos jóvenes, caracterizando a muchos de ellos como "huérfanos con padres vivos".

Cuando no se satisface la necesidad de cariño, aprobación, afecto físico y ánimo de un padre, se desarrolla un vacío interior comúnmente llamado "hambre de padre". En un intento por superar este dolor, algunos adolescentes y jóvenes adultos buscan el confort de ser abrazados por otro hombre. En mi experiencia clínica he observado que mientras más temprano es el abandono paterno, mayor es la posibilidad de que se desarrollen tentaciones homosexuales.

Mientras que muchos hombres no han recibido el ánimo y afecto físico de sus padres, y nunca han desarrollado inclinaciones homosexuales, los particularmente vulnerables son aquellos que, a causa de limitadas actitudes atléticas, tampoco fueron aceptados por sus compañeros.

También, en algunos chicos especialmente sensibles, un continuo maltrato por parte de sus hermanos mayores produce una soledad interior que puede llevarlos a sentir inclinaciones homosexuales.

La falta de cariño, afecto y ánimo de una madre también puede producir un vacío y una terrible tristeza. Algunas chicas intentan llenar ese vacío del amor materno dulce y consolador por medio del comportamiento homosexual. Esta "soledad sin madre" no se observa tan a menudo como la "soledad sin padre", porque las madres generalmente tienen mucha más libertad a la hora de comunicar su amor y su ánimo a los hijos que la que tienen los padres.

Sue era la más joven de tres hijos, y tenía cuatro años cuando su madre los dejó. Vio a su madre intermitentemente durante su infancia, pero nunca sintió intimidad con ella. Sue salió con muchachos varias veces en el Instituto, pero cuando tenía alrededor de 20 años se involucró en relaciones homosexuales.

Comenzó a tratarse con psicoterapia para resolver la tristeza y el enfado que sentía hacia su madre. Conforme su entendimiento del problema crecía, se dio cuenta de que ninguno de los chicos con los que había salido podía proporcionarle el afecto que la niña pequeña en su interior ansiaba de su madre. Durante un tiempo el afecto de sus novias le consolaba. Sin embargo, estas relaciones no la satisfacían tampoco. Poco a poco Sue vio que la niña pequeña que llevaba dentro necesitaba curarse del dolor de esa "soledad sin madre" antes de que pudiera tener una relación adulta de amor estable y sin relaciones sexuales fuera del matrimonio.

Algunos adultos que se sienten muy frustrados y solos porque todavía no han encontrado la persona correcta para casarse caen en un comportamiento homosexual en su intento de aliviar esa soledad. Algunas personas casadas comenten actos homosexuales como resultado de la tensión y soledad en su matrimonio. También, la tristeza y la soledad que se siente después de un serio fracaso matrimonial puede resultar en una conducta homosexual, porque estas personas tienen miedo de volverse vulnerables ante alguien del sexo opuesto. En mi trabajo he visto este tipo de conducta ocurrir más frecuentemente en las mujeres.

Como la soledad es una de las experiencias más dolorosas de la vida, se gastan enormes cantidades de energía inconscientemente en un intento de negar la presencia de ese dolor tan debilitante. Como resultado, muchas personas ni siquiera saben que están luchando contra esa profunda herida emocional. Frecuentemente tienen miedo de afrontarla, en parte porque no creen que se pueda curar. De hecho, los que así piensan tienen razón cuando sus intentos de curarse excluyen la espiritualidad, porque ninguna cantidad de amor de otros adultos puede compensar lo que no se recibió de su padre, madre, hermanos y amigos de la infancia o adolescencia. Muchos hombres y mujeres con estas dolorosas heridas emocionales de soledad y tristeza prefieren creer que son homosexuales para no enfrentarse con su terrible situación interior.



El fracaso de cualquier relación adulta, a la hora de llenar el vacío de la soledad infantil y adolescente, es la mayor causa de la extraordinaria promiscuidad en el estilo de vida homosexual, y por eso algunos estudios arrojan un promedio de 60 compañeros/as sexuales al año. Inconscientemente, estas personas no buscan un compromiso estable, porque sienten que ningún adulto puede satisfacer al niño y adolescente interior. Tal proceder compulsivo, patológico y peligroso para la salud apoya la idea de que la homosexualidad es un serio desorden emocional, mental y conductual.

Por supuesto, los conflictos de soledad y tristeza se pueden manifestar de muchas formas aparte de un comportamiento sexual, como, por ejemplo, las actuaciones infantiles de dependencia, una constante necesidad de atención y afecto, una excesiva fantasía sexual, masturbación compulsiva, atracción hacia los adolescentes, dependencia en la pornografía, comportamiento narcisista, agotamiento y síntomas de depresión.

2. Profundos sentimientos de ser inadecuado y falta de autoaceptación

La homosexualidad también puede ser el resultado de fuertes sentimientos de inseguridad. La desconfianza en sí mismo se suscita por el rechazo de padres, compañeros, hermanos u otras personas significativas en las cuales se ha depositado la confianza. En un intento inconsciente de deshacer una historia de rechazos, la persona busca reafirmarse y ser aceptado por miembros del mismo sexo. En mi experiencia clínica este doloroso conflicto emocional se observa mucho más frecuentemente en hombres que en mujeres.



La autoestima se basa principalmente en la aceptación de un modelo de conducta en la primera infancia, el niño de su padre y la niña de su madre. Todo niño pequeño añora recibir la aceptación, al apoyo y el ánimo de su padre -- de esta forma establece un sentido positivo y un grado de bienestar consigo mismo. Aunque el amor de una madre es esencial para los niños, no es tan importante como el amor y la afirmación del padre para la formación de una sana identidad masculina. La falta de reacciones positivas de un padre produce una seria debilidad en la imagen masculina y una falta de autoaceptación. Muchos de los que sufren inclinaciones homosexuales crecieron de niños pensando que nunca podrían agradar a sus padres.

Los hermanos mayores también juegan un papel importante en la formación de una positiva identidad masculina en la infancia. Los rechazos en estas relaciones pueden producir un serio debilitamiento de la autoestima masculina.

Sin embargo, las desilusiones más comunes de la vida infantil que producen inclinaciones homosexuales son el resultado de los rechazos por parte de amigos a causa de una deficiente coordinación psicomotriz y atlética. Esta es una limitación especialmente dura de tener en una cultura obsesionada hasta tal punto con el éxito deportivo que se llega a considerar ese éxito como el indicador principal de la masculinidad. Los niños que no son buenos atletas son a menudo víctimas del rechazo y del ridículo. Frecuentemente les dan apelativos femeninos y les llegan a decir que corren o juegan como una niña. A medida que estos rechazos continúan año tras año, estos chicos se sienten cada vez más inadecuados, confusos, solos y débiles. El maltrato de los compañeros produce en ellos una imagen muy deficiente de su cuerpo y de su masculinidad. La angustia de estos chicos puede llegar a ser tan dañina que puede hasta anular los beneficios psicológicos de una positiva relación con su padre. Para muchos de estos chicos, las inclinaciones homosexuales comienzan en el sexto o séptimo grado. La inclinación es siempre hacia adolescentes fuertes y atléticos.

En los 50 y 60, se realizó un estudio en Nueva York de 500 varones que se consideraban homosexuales. El estudio reveló que más del 90% de ellos tenía problemas de coordinación atlética y que de pequeños fueron objeto de humillación por parte de sus compañeros. Muchos contaron que no sólo se sentían fracasados como varones porque no eran buenos en el deporte o porque no les gustaba, sino que también sentían que desilusionaban a sus padres, quienes -- en su opinión -- esperaban que fueran buenos atletas. La falta de interés por los deportes interfería en la relación y unión íntima entre padre e hijo.

La necesidad de ser aceptado por otros varones es esencial para el desarrollo de una positiva identidad masculina y es anterior al nivel de desarrollo adolescente. Si la autoaceptación no ocurre por medio de la afirmación de otros compañeros, raramente podrá un muchacho sentirse atraído hacia las muchachas.

Lou era un estudiante universitario muy bueno que había considerado la vocación sacerdotal desde su temprana adolescencia. Sin embargo, su mayor obstáculo era la presencia de inclinaciones homosexuales que comenzaron cuando tenía 13 años. Buscó el consejo de un sacerdote en su universidad que le dijo que continuara con la idea del sacerdocio, pero que tratara de aceptar su homosexualidad y de sentirse cómodo con ella, ya que Dios lo había creado así. En aquel momento de este consejo tan equivocado, ni Lou ni el sacerdote tenían la menor idea de la influencia que había ejercido sobre él el constante rechazo que había sufrido por parte de sus compañeros durante la infancia y la adolescencia. Sus compañeros a menudo le ponían apodos femeninos porque, según ellos, lanzaba la pelota como una niña.

Lou decidió que no podría tomar el camino del sacerdocio porque no sería capaz de vivir consigo mismo si intentaba llevar una doble vida: practicando la homosexualidad y al mismo tiempo presentándose ante la comunidad católica como un sacerdote célibe.

Durante varios años Lou intentó vivir como un homosexual. Más tarde, buscó ayuda psicológica porque sentía repugnancia hacia muchos aspectos de ese estilo de vida, especialmente hacia la promiscuidad tan extrema y el abuso de sustancias. No podía aceptar que eso fuese el plan de Dios para su vida.

Hace varios años, en la conferencia nacional del grupo Courage ("Coraje") -- grupo que ofrece ayuda para las personas homosexuales para que vivan castamente -- pude confirmar la influencia que tienen los rechazos de los compañeros en el desarrollo de los deseos homosexuales. Después de una charla sobre los orígenes de la homosexualidad y sobre la curación de la soledad y el enojo en aquellos que estaban afectados por este desorden, toda la hora siguiente la ocuparon las historias personales de hombres cuyas identidades masculinas fueron heridas y los diferentes tipos de comportamientos sexuales relacionados con el rechazo durante la infancia y la adolescencia por causa de la falta de habilidad deportiva. Estos hombres compartieron con la audiencia que los rechazos de sus compañeros jugaron un papel mucho más importante en el desarrollo de sus impulsos homosexuales que las heridas causadas por una mala relación con sus padres.

Los conflictos básicos de una baja autestima se manifiestan de diferentes maneras en los varones que tienen inclinaciones homosexuales. Entre estos conflictos se encuentran: una atracción obsesiva hacia hombres atléticos y musculosos; una necesidad excesiva de actuar de forma agresiva; una necesidad compulsiva de aumentar la musculatura; y un profundo sentimiento de no ser amados.

3. Desconfianza y miedo

Otro factor importante en el desarrollo de la homosexualidad es el miedo a ser vulnerable en las relaciones heterosexuales. Esta incapacidad de sentirse seguro amando a alguien del sexo opuesto es usualmente inconsciente y la mayoría de las veces tiene su origen en experiencias traumáticas en el hogar.

En el caso de los varones, puede ser la consecuencia de haber tenido una madre demasiado controladora, excesivamente dependiente, enfada y crítica, poco afectiva y fría, narcisista e insensible, muy desconfiada, adicta o enferma.

En el caso de las chicas, el miedo de confiar en cualquier varón en una relación amorosa puede surgir de haber tenido un padre muy enfadadizo, rechazador y distante, insensible hacia su madre, abusivo, duro, egoísta, adicto o falto de afecto. Actualmente, el abandono de un padre a causa del divorcio es una de las mayores fuentes de desconfianza que muchas chicas experimentan hacia los chicos. Estas chicas desarrollan una fobia inconsciente de ser heridas como vieron que lo fueron sus madres. Como resultado, durante un tiempo se sienten seguras sólo con el amor consolador de otra mujer.

Diane era una joven arquitecta cuyo padre era un enojado alcohólico. Había presenciado durante años el maltrato físico y psicológico que su padre le había infligido a su madre. En los comienzos de su adolescencia, a Diane le atraían los chicos e incluso salió con ellos. Pero en la universidad se encontró mucho más a gusto con otras chicas y acabó por darse cuenta de que tenía mucho miedo de ser herida como su madre, si se comprometía con un hombre. A Diane no le satisfacían sus relaciones homosexuales. Durante la terapia, reconoció que su padre controlaba sus relaciones con los muchachos y decidió actuar resueltamente para romper ese dominio paterno sobre sus relaciones de amistad con los hombres.

La madre de Pete era una mujer muy sarcástica que había tenido un padre alcohólico. Rara vez Pete vio a su madre mostrar afecto hacia el padre de él, al contrario, a menudo lo criticaba mucho. Pete acabó por entender que la necesidad compulsiva de su madre de controlar las cosas en casa venía del miedo que ella había experimentado en su propia familia como resultado del caos que acompañaba a un padre bebedor. Pero para Pete el control de su madre era asfixiante y, como resultado, hizo lo que pudo para distanciarla. Pero como ella era el fundamento para relacionarse con otras mujeres, Pete no se sentía emocionalmente compatible con las chicas que encontraba atractivas. Temía que si se volvía vulnerable ante ellas, acabarían por ser tan insensibles como lo era su madre con él y con su padre. Sus tentaciones homosexuales se desarrollaron por el miedo a confiar en el amor femenino y, al mismo tiempo, por su necesidad de afecto por parte de alguien en quien pudiera confiar.

La desconfianza también puede desarrollarse como resultado de vivir en una casa con frecuentes conflictos y peleas entre los padres. Como la relación entre los padres es el modelo para un niño/a de lo que es una relación heterosexual, un matrimonio mermado por el constante dolor y conflicto puede llevar a que el hijo o la hija desarrolle un miedo de volverse vulnerable ante las personas del sexo opuesto. Este miedo puede llevar a algunos a caer en una relación homosexual. Una dinámica similar se presenta a veces después de un divorcio, cuando muchos adultos tienen miedo de ser heridos por las personas del sexo opuesto y se retraen en una relación homosexual. La epidemia de divorcios en nuestra cultura actual está causando también un miedo muy grande entre los jóvenes adultos de asumir el compromiso del matrimonio.

La desconfianza y el miedo a un compromiso total, como lo es el matrimonio, son extremadamente comunes en los que sufren inclinaciones homosexuales. La rampante promiscuidad sin fidelidad a nadie de hoy en día es una de las manifestaciones más significativas del miedo al compromiso. Según el Dr. William Foege, director de los Centros para el Control de las Enfermedades o CDC (Centers for Disease Control) de EE.UU., la víctima promedio del SIDA ha tenido 60 compañeros sexuales durante el último año.

En el caso de los católicos, esta desconfianza se manifiesta como una desconfianza hacia Dios Padre como un Padre afectuoso o hacia María como una madre afectuosa.

El comportamiento sexual compulsivo, muy peligroso para la salud y la vida de un gran porcentaje de homosexuales puede indicar la presencia de un desorden adictivo en estas personas. A pesar de que la categoría diagnóstica específica de adicción sexual no ha sido oficialmente aceptada todavía en el campo de la salud mental, existen programas clínicos en varios lugares de EE.UU. para el tratamiento de las adicciones sexuales y también existe una revista dedicada completamente a este tema.

La adicción sexual se parece al desorden de abuso de sustancias en que las personas que la practican tienen una comportamiento compulsivo y médicamente dañino. Estas personas también se engañan poderosamente a sí mismas en cuanto al serio peligro que su comportamiento entraña para la salud propia y para la de otros. Además, muchos terapistas consideran que la adicción sexual, al igual que otras, es el resultado de numerosos conflictos emocionales.

La opinión clínica de que el comportamiento homosexual tiene mucho de adictivo ha recibido el apoyo de numerosos estudios sobre el homosexualismo y también del hecho de que en años recientes se ha estimado que la mitad de todos los hombres homosexuales de Nueva York portan el virus del SIDA. La naturaleza adictiva de la conducta homosexual también explica por qué las infecciones del virus del SIDA se han cuadriplicado en San Francisco desde 1987.

Además de todo esto, el comportamiento homosexual de muchas personas es frecuentemente precedido del uso del alcohol y de drogas. El Padre Mike practicaba la homosexualidad después de consumir alcohol. Luego sentía una enorme culpabilidad pues verdaderamente deseaba seguir la enseñanza de Cristo y de la Iglesia. Conocía el valor del celibato y deseaba vivirlo. Afortunadamente, fue capaz de entender y poner los medios para vencer la adicción al alcohol y a la homosexualidad.

4. Narcisismo

El narcisismo o egoísmo es otro factor principal de la homosexualidad. El narcisismo tiene varios aspectos atrayentes, como el no tener que comprometerse con otra persona en el matrimonio o no tener que darse completamente como padre. El narcisista quiere permanecer infantilmente con obligaciones mínimas en sus relaciones interpersonales y con pocas limitaciones en la búsqueda del placer. El hedonismo caracteriza a muchos de los que practican la homosexualidad.

Otra seria manifestación del narcisismo en la homosexualidad es el albergar pensamientos de grandeza. Esos pensamientos hacen que la persona se crea muy superior a los demás y que es tan especial y tan excepcional que se cree incluso inmune al virus del SIDA. Todo esto explica por qué muchos homosexuales viven un modo de vida muy peligroso para la salud y para la vida.

Anthony era un joven extremadamente egoísta, y en eso se parecía mucho a su madre. Durante su niñez se sintió privado de apoyo material y emocional, porque su madre gastaba la mayoría de los modestos ingresos de la familia en ella misma. Recordaba, por ejemplo, sentirse avergonzado de la ropa que usaba de pequeño.

Como reacción a esas privaciones, pensaba que la vida le debía mucho. Su mundo llegó a estar completamente centrado en sí mismo. Creía que podía usar a la gente para satisfacer su constante deseo de placer y no sentía ningún serio remordimiento por el hecho de tener relaciones homosexuales con un promedio de 60 a 100 compañeros al año.

5. Intentos de evadir un excesivo sentido de responsabilidad

Algunos intentan escapar de excesivas presiones y cargas practicando la homosexualidad, en la cual no hay compromiso, obligaciones ni responsabilidad. Hay hombres casados que a veces luchan contra una intensa inseguridad después de experimentar la tensión que le causa un jefe negativo, una falta de éxito profesional o una ansiedad arrolladora por cuestiones financieras. Entonces empiezan a ver a sus esposas e hijos como cargas y dificultades, en vez de verlos como dones de Dios. Practican la homosexualidad en un intento de evadir la tensión y de sentirse más amados y especiales. Las ideas perfeccionistas llevan a sentir una responsabilidad excesiva. Este conflicto interfiere con la capacidad de estar tranquilo y de recibir el don del amor que viene de la familia, de los amigos y más aún del Señor y de María.

Jim era un hombre agradable, estaba casado y tenía dos hijos. Disfrutaba de su trabajo; sin embargo, éste era muy exigente y lleno de presiones. Su esposa Jean también tenía una carrera ocupada y llena de tensión. Por las tardes, además de atender a sus hijos, los dos les dedicaban tiempo a sus respectivas carreras. Como resultado, pasaban poco tiempo juntos.

Bajo esta tensión Jim empezó a visitar librerías pornográficas cerca de su trabajo y allí se involucró en el homosexualismo. Luego se sentía muy culpable por haber traicionado a su esposa, a sus hijos y a Dios.

Cuando un marido está emocionalmente distante o ausente de su familia, la esposa puede sentir una intensa soledad y, como resultado, empieza a depender emocionalmente de un hijo. A menudo hablará con él cosas y preocupaciones que normalmente compartiría con su esposo. Mientras que la mayoría de los jóvenes disfruta a nivel consciente de esta relación con sus madres, inconscientemente empiezan a preocuparse excesivamente y a sentirse demasiado responsables por ellas. Posteriormente pueden desarrollar inconscientemente una visión del amor femenino como una carga agotadora.

Ralph era el mayor de tres hijos y creció en un hogar en el que su padre tenía una gran dificultad en expresarle amor a su familia. La necesidad de su padre de distanciarse de los demás era a su vez el resultado del alcoholismo de sus padres. Las heridas en la infancia de este hombre le hacían incapaz de darse a los demás porque se sentía inseguro e intranquilo al relacionarse interpersonalmente en términos de amor y cariño. A consecuencia de esto, la madre de Ralph era muy infeliz y se divorció cuando Ralph tenía 12 años. Ralph recordaba sentirse el hombrecito de la casa después del divorcio de sus padres. Sentía que tenía que hacerse responsable de su madre y de sus hermanos menores.

Cuando Ralph tenía 13 años le gustó mucho una chica de su clase. Pero se sentía confundido porque no sentía atracción física hacia ella. Continuó confuso por esto y, aunque no quería sentirse atraído hacia los hombres, experimentó sus primeros deseos homosexuales cuando tenía 15 años.

Ralph comenzó la terapia cuando tenía 25 años. Nunca había practicado la homosexualidad y esperaba poder superar sus tentaciones homosexuales y casarse algún día. Al principio del tratamiento, Ralph se dio cuenta de que se había sentido excesivamente responsible por la felicidad de su madre durante muchos años y que esto había constituido para él una gran carga. Esa presión le había causado un miedo inconsciente de entrar en una relación profunda con una chica.

Bajo la presión de estos conflictos, las relaciones homosexuales le parecían atrayentes por estar libres de excesiva responsabilidad. Su mayor conocimiento de sus miedos a un compromiso de amor con una mujer le liberaron y le llenaron de esperanza para el futuro.

6. Trauma sexual en la infancia

Un buen número de varones que fueron violados o maltratados sexualmente en su infancia desarrollan una confusión con respecto a su identidad masculina. Al igual que otras víctimas de violación, piensan que de alguna manera causaron el abuso. Durante la adolescencia, su relación con las muchachas está mermada por la vergüenza y por la creencia de que ninguna chica podría amarles si conociera sus experiencias sexuales.

7. Enfado excesivo

El tipo de enfado que más induce la homosexualidad es el enfado consigo mismo. Como resultado de un continuo rechazo por parte de sus compañeros, muchos niños adquieren un intenso disgusto hacia sus propios cuerpos – piensan que éstos son débiles, poco atractivos y poco masculinos. Se sienten tan incómodos con su físico que pasan muchísimo tiempo fantasiando sobre cómo escapar de su cuerpo y entrar en el cuerpo de otro. Esta ilusión enfermiza puede empezar cuando son jóvenes e inducir una fuerte atracción física hacia otros del mismo sexo.

La experiencia de ser sostenido y abrazado por alguien del mismo sexo puede disminuir el sentido de autorrechazo durante algún tiempo. Sin embargo, la incomodidad o el disgusto hacia el propio cuerpo persiste, a pesar de la afirmación, afecto o actividad homosexual. Esto ocurre porque el afecto en la adolescencia o después de ella no puede deshacer el odio hacia uno mismo que se ha experimentado en la infancia y en la adolescencia.

En muchos homosexuales, la conducta autodestructiva, peligrosa, adictiva y sadomasoquista nace de un intenso disgusto hacia uno mismo. El enfado consigo mismo también puede llevar al varón a vestirse como una mujer. Finalmente, el colmo de la aversión hacia uno mismo y hacia el propio cuerpo se puede observar en aquellos que se someten a cirugía para cambiar de sexo.

Paul era sensible y muy tímido debido a su pequeña estatura. Aunque no se sentía directamente rechazado por sus compañeros, se sentía débil e inadecuado. Como no era físicamente fuerte, pensaba que no podía practicar ningún deporte. A medida que aumentaba en él el sentimiento de auto-aislamiento de sus compañeros, también aumentaba el disgusto hacia su propio cuerpo. Le preocupaba mucho su apariencia física y nunca se sentía cómodo quitándose la camisa en el vestuario de la escuela o en la piscina en el verano.

Antes de su adolescencia, Paul empezó a obsesionarse con los cuerpos bien formados de sus amigos. A este pensamiento obsesivo le siguieron fuertes sentimientos de atracción hacia esos muchachos y luego deseos homosexuales.

Cuando comenzó a practicar la homosexualidad en la universidad, usualmente se imaginaba que asumía el cuerpo de sus compañeros homosexuales y que se despertaba con un físico diferente. Sus primeros encuentros homosexuales le produjeron un sentimiento muy superficial de sentirse especial y de ser amado, pero no le daban una mayor auto-aceptación. De hecho, a medida que caía en la promiscuidad se sentía cada vez más incómodo consigo mismo, entonces decidió empezar a recibir terapia.

En un grupo reducido de personas, la homosexualidad se origina en una "necesidad" de rebelarse fuertemente contra sus padres, su familia, sus compañeros, la cultura judeo-cristiana o Dios. La conducta homosexual que es inducida por el enfado se observa en aquellos cuyos padres del sexo opuesto eran extremadamente controladores, emocionalmente insensibles, físicamente abusivos o profundamente narcisistas.

Al igual que a otra gente enfadada, esa rebelión les produce cierto placer. A algunos de ellos les encanta que sus madres sepan cómo su estilo de vida es el rechazo extremo de un amor femenino o (en el caso de las lesbianas) como sus padres comprueban que no sienten necesidad del amor masculino. El enfado excesivo también se manifiesta en otros aspectos de la vida homosexual. El más notable es el enfado agresivo-pasivo, que consiste en un silencioso desahogo de hostilidad mientras se pretende no estar enfadado y se manifiesta en no informar al compañero sexual de que se es portador del virus que causa del SIDA. Estas personas a menudo sienten que porque ellos tienen que sufrir, otros también deben hacerlo. Por último, se observa también un intenso enojo en los homosexuales dentro de los medios de comunicación social, en la educación, en la salud o en la política, cuando intentan obligar al resto de la sociedad a que acepte la homosexualidad. A menudo sus métodos consisten en asaltar directamente a la moral judeo-cristiana, a la familia y a las diferencias básicas entre el hombre y la mujer.

El kamasutra


Un aspecto muy importante en la vida de las y los jóvenes es la sexualidad ya que ésta es determinante de muchísimas situaciones.
La primera relación sexual puede ser determinante para nuestra formación como seres humanos y significará una huella permanente en los futuros encuentros sexuales con una pareja. Es decir, dependiendo cómo nos vaya en la primera, será el resto de las demás.
La forma en que cada familia asume la sexualidad en su vida, su cultura, valores y creencias, es lo que permitirá que aborden los temas de manera libre o con prejuicios, ante sus hijos. Desafortunadamente, lo más común en nuestra sociedad son los prejuicios y el miedo a hablar de sexualidad, por eso no es muy común el diálogo con los adolescentes.
La falta de expresión libre e informada, de padres a hijos, sobre la sexualidad es causa de muchos conflictos y dudas sobre esto en el joven, lo cual lo lleva a la curiosidad y a la mala información del tema. Provocando morbosidad y la ignorancia de aspectos tan naturales como la masturbación, el uso de preservativos, la homosexualidad y las enfermedades de transmisión sexual.
En Mexico, del total de jóvenes que han tenido relaciones sexuales, sólo 46% usa métodos anticonceptivos, a pesar de que 90% de ellos conocen alguno. Además, esta situación provoca que la edad del primer embarazo sea más corta que la de inicio al uso de anticonceptivos.
El índice de embarazos en la adolescencia es cada vez más alto, lo cual es preocupante ya que esto no sólo destruye la vida y proyectos de los jóvenes, sino que también la de su bebé.
Otro factor muy importante en la vida sexual de los adolescentes es el miedo a la crítica social y, en algunos casos, a las sanciones religiosas, ya que esto influye mucho en la decisión que tomen al tener su primera vez. Por eso, no es sorpresa que muchas veces, las primeras relaciones sexuales de los jóvenes, lleguen a tener una mala consecuencia.
En conclusión me gustaría hacer un llamado a los padres de familia para que tengan una sana y abierta conversación sobre sexualidad con sus hijos y de ésta forma eviten graves consecuencias en su futuro.
¡¡¡FUERA PREJUICIOS!!!

Opinion Aborto


La Iglesia está rotunda e inflexivamente en contra, la sociedad tiene opiniones encontradas dado la doble moral que se maneja y la mediatización de los medios (como ese comercial de Chespirito en donde dice que su mamá no lo abortó aunque el doctor le dijera que lo hiciera). Creo que lo interesante está en la parte individual. En primer lugar, cada persona tiene, por derecho constitucional, la libertad de cuántos hijos tener y cuándo hacerlo, por lo que me parece reprobable hacer de la maternidad una carga o culpa que pagar por un error (que a veces es desinformación). En segundo lugar, las personas hablan de asesinato de un niño, cuando biológica, filosófica y éticamente aún no es una persona, por lo cual no se considera asesinato (es por ello que se dice que debe ser antes de cumplir las 12 semanas de embarazo). Quizá algunos creen que hay mujeres promiscuas que tomarán al aborto como receta de cada vez que les pase, pero no habría embarazos no deseados si desde la familia se hablara de sexualidad, si la spol´ticas públicas hicieran accesibles los métodos de control natal a todos, sin importar si son derechohabietnes o no, y sin prohibir que se imparta educación sexual en las escuelas.
Ahora, cómo tener un hijo al que no se desea, al que no se puede mantener, si se le va a odiar, no se le dará atención, no se le dará lo que necesita material y emocionalmente? Dejarle la carga a la familia y/o al Estado? Creo que resulta mejor a corto, mediano y lkargo plazo, traer hijos deseados al mundo, y no pequeños que crecerán con carencias, con indiferencia, y que terminarán por ser un problema social (o por qué tanta delincuencia, habiendo tantas personas y tan pocos recursos?). De ninguna manera quisiera ser excluyente, por eso no hablo de pobreza material, es pobreza de cualquier tipo: los niños merecen ser felices desde que nacen, por ello, creo que el aborto permite a las personas tomar la decisión más adecuada para su contexto.
Y bueno, psicológicamente, una persona puede resultar afectada cuando su entorno le maneja el aborto como un delito, cargándola de culpa y haciéndola sentir sucia (pecadora-promiscua); el primer paso es que sea una decisión libre, que la persona sepa y sienta por qué es bueno o malo hacerlo, y que de ahí haga lo que sigue. Si haca falta ayuda psicológica, las instituciones respectivas deben brindarla como parte de la reforma a la ley, pero no sería así si las personas dejan de satanizar a quienes deciden hacerlo, dado que el institnto materno es algo cultural, no instintual, y dado qu las mujeres no sólo somos mujeres para tener hijos...un paso a la vez para ser una sociedad más tolerante.

Aborto


Aborto
El término aborto procede del latín abortus, participio pasado de aborīrī (con el mismo significado que en español) y éste, a su vez, compuesto de ab- («de», «desde») + oriri («levantarse», «salir», «aparecer»). Su significado básico es la acción y efecto de abortar, es decir, el fracaso por interrupción o malogramiento de un proceso o actividad. Muy frecuentemente se aplica a la interrupción prematura del embarazo que produce la muerte del feto.



El aborto inducido (del latín abortus o aborsus, de aborior, ‘contrario a orior’, ‘contrario a nacer’), también llamado interrupción voluntaria del embarazo1 –o IVE– consiste en provocar la finalización prematura del desarrollo vital del embrión o feto para su posterior eliminación –con o sin asistencia médica, y en cualquier circunstancia social o legal–, que se realiza antes de que la gestación haya alcanzado las 20 semanas[cita requerida]. Posteriormente, la interrupción se denomina parto pretérmino[cita requerida]. Es distinto, por tanto, del «aborto espontáneo», que se refiere al hecho que se presenta de manera natural y sin que medie voluntad de eliminar al nasciturus (‘el que ha de nacer’) por parte de la madre o por parte del médico que atiende el trabajo de parto.





Aborto espontáneo

El aborto espontáneo o aborto natural es la pérdida de un embrión o feto por causas no provocadas intencionalmente. Se distingue pues del aborto inducido. El término sólo se aplica estrictamente cuando dicha pérdida se produce antes de la semana 20 del embarazo, denominándose a partir de ese momento parto prematuro. El aborto espontáneo puede ser retenido, cuando no se elimina nada, incompleto, cuando no se eliminan todos los productos de la gestación, o completo cuando todo es eliminado por completo.


Opiniones personales

Vale que yo pienso que la decada en la que vivimos tal vez sea peor
a lo que nuestros padres vivieron vale que cabe mencionar que antes ya hora que nos dan la educacion necesaria , no se que pasa que las cosas pasan de una manera tan rapida tantos embarazos , yanjovenes , las chica son hermosas lo se, pero vamos chavos hay que disfrutar la juventud.
Es tan genial salir con la novia los amigos, ir a fiestas, al cine, andar de vagos que se yo pero , pero , porque caer en un a responsabilidad tan grande es tan bonito tener hijos y lo digo por que lo veo en gente que conozco, pero son personas que ya disfrutaron de su vida , tienen un mentalidad lo suficientemente madura para poder llevar acabo esa responsabilidad.
vale que hay que cuidarse chavos es en serio vamos si no creen poder mejor no se quiten los pantalones, chicas perdon por decirlo asi pero si no podran con la responsabilidad no abran las piernas, no se dejen engañar por algun barbajan que segun les prometen la lunas y las estrellas.

Vale sin mas que decir
se despide de ustedes


Cristiano Josualdo

Hijo prodigo de Vin Diesel

See you later..............

Metodos Anticonceptivos


Método anticonceptivo

Método anticonceptivo o método contraceptivo es aquel que impide o reduce significativamente las posibilidades de una fecundación o un embarazo en las relaciones sexuales. Los métodos anticonceptivos contribuyen decisivamente en la toma de decisiones sobre el control de la natalidad (número de hijos que se desean o no tener), la prevención de embarazos, así como en la disminución del número de embarazos no deseados y embarazos en adolescentes.[1] [2] Los métodos que se administran después de mantener relaciones sexuales se denominan anticonceptivos de emergencia.






Consideraciones éticas o religiosas.

Algunos métodos anticonceptivos, como el DIU, la "píldora del día después" (levonorgestrel), la píldora de los cinco días después (acetato de ulipristal) y la mifepristona, actúan impidiendo la anidación del preembrión (óvulo ya fecundado) no implantado en el endometrio materno. Es por ello que hay personas que los consideran como métodos anticonceptivos abortivos, y los rechazan distinguiéndolos de los considerados como métodos anticonceptivos no abortivos (que evitan la concepción en un sentido estricto). Instituciones religiosas como la iglesia católica se han mostrado especialmente contrarias a los métodos anticonceptivos, especialmente a los que ellos consideran como abortivos.






Métodos parcialmente irreversibles

Diagrama sobre vasectomía.Ligadura de trompas, o salpingoclasia. Consiste en ligar las trompas de Falopio con grapas a fin de impedir que el óvulo se implante en el útero o que los espermatozoides se encuentren con él.
Vasectomía. Es una operación quirúrgica para seccionar los conductos deferentes que transportan a los espermatozoides de los testículos al exterior cuando se eyacula. Una vez realizada, los espermatozoides que a diario se producen son reabsorbidos por el organismo. Puesto que el líquido seminal es elaborado en la próstata, la vasectomía no impide la eyaculación. Es un proceso reversible aunque con dificultades.


EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA

Se lo define como: "el que ocurre dentro de los dos años de edad ginecológica, entendiéndose por tal al tiempo transcurrido desde la menarca, y/o cuando la adolescente es aún dependiente de su núcleo familiar de origen".

La "tasa de fecundidad adolescente (TFA)" ha ido disminuyendo desde los años 50 pero en forma menos marcada que la "tasa de fecundidad general (TFG)", condicionando un aumento en el porcentaje de hijos de madres adolescentes sobre el total de nacimientos. En 1958 era del 11,2%; en 1980 del 13,3%; en 1990 del 14,2%; en 1993 del 15%. Este último porcentaje se traduce en 120.000 nacidos vivos de mujeres menores de 20 años.

La fecundidad adolescente es más alta en países en desarrollo y entre clases sociales menos favorecidas, haciendo pensar que se trata de un fenómeno transitorio porque, de mejorarse las condiciones, ella podría descender.



Para otros investigadores, la disminución de las tasas de fecundidad adolescente está cada vez más lejos, ya que el deterioro de las condiciones socioeconómicas globales hace que se dude sobre la posibilidad de que la mayoría de los países realicen mayores inversiones en sus sistemas educacionales y de salud, para alcanzar la cobertura que el problema demanda.

Sexualidad



Recordemos que la sexualidad se encuentra presente durante toda la existencia humana, pero en la adolescencia se vive y manifiesta de manera un poco diferente a como se expresa en otras etapas de la vida. En este período surgen sensaciones e impulsos de tipo sexual que se encuentran relacionados con los cambios biológicos que enfrentan todas y todos las adolescentes. Los cambios hormonales provocan que se tengan deseos y fantasías eróticas, que se quiera sentir placer físico a través del propio cuerpo y del cuerpo de otros, especialmente de quien te gusta.

Estas sensaciones generalmente te toman por sorpresa, por eso la angustia, el temor, la incertidumbre y la confusión revolotean en tu cabeza, más aún si no se tiene la información necesaria para comprender mejor lo que te está pasando, o si no se cuenta con personas confiables que te puedan escuchar y orientar seriamente.

La forma de vivir estos cambios y procesos tiene que ver con características personales (como el sexo, la edad o la personalidad) y sociales (la cultura, el nivel educativo, la religión, etc.), así como con las reacciones y demandas del mundo que te rodea. Resulta común que, en los primeros años de la adolescencia, las y los jóvenes se aíslen un poco del mundo que les rodea, prefiriendo pasar más tiempo a solas consigo mismas/os. Esto se encuentra relacionado con la sensación de incomodidad con el cuerpo por lo rápidos y fuertes que son los cambios. Es aquí cuando vuelve a aparecer la autoestimulación (ya que de niños o niñas también se viven estas experiencias, solo que no tienen por finalidad alcanzar el orgasmo sino explorar el cuerpo) y las fantasías (o “soñar despierto”) que permiten liberar los deseos e impulsos sexuales que se están sintiendo.


Sin embargo, la autoestimulación suele ser una actividad muy común durante toda la adolescencia, no solo al inicio. Además, esta cumple un papel muy importante, ya que permite explorar el cuerpo, conocer más sobre los genitales y su funcionamiento, así como liberar energía sexual. También la autoestimulación posibilita a la persona fantasear y prepararse para las relaciones genitales en pareja. Conforme se va viviendo una mayor adaptación a los cambios del cuerpo, las amistades con personas del mismo sexo ocupan un lugar muy importante. Es frecuente que se tenga un mejor amigo o mejor amiga, con quien se comparten secretos, confidencias, tristezas y alegrías, así como los deseos más profundos. Con esta persona se quiere estar todo el tiempo, así que cuando no pueden verse, las conversaciones telefónicas, cartas o mensajes son interminables.

También se suele tener un grupo de amigos o amigas del mismo sexo. En estos grupos comparten experiencias, angustias y deseos; también se cuentan las cosas que les ha pasado con la persona que les gusta, y eso ayuda a tranquilizar la inseguridad y dudas que estos encuentros generan.

Al final de la adolescencia, y gracias a que se tiene una identidad más estable y mayor seguridad en la forma de relacionarse con los otros, la necesidad de estar en el grupo de amigos o amigas va desapareciendo porque se prefiere tener más tiempo para compartir a solas con la pareja. Esto no quiere decir que no se tienen amistades con personas del mismo sexo, sino que la relación cambia y se valora más la intimidad. Con respecto a las relaciones amorosas, al inicio de la adolescencia las y los jóvenes van descubriendo que sienten interés y atracción hacia otras personas, pero esos sentimientos se esconden y ocultan. Luego se experimentan muchos deseos de resultarle atractivo o atractiva a alguien más, por lo que pasan horas frente al espejo, buscando nuevas formas de peinarse o vestirse, por ejemplo.

Después se vive el enamoramiento. Son muy comunes los “amores imposibles”, al enamorarse de personas mayores o inaccesibles. Esto tiene un propósito muy importante: dar seguridad; lo cual se logra al imaginar o fantasear lo que se quiere, desea y haría, sin tener que enfrentar en la realidad a la persona amada. Con el paso del tiempo, los jóvenes se van sintiendo más a gusto y seguros de sí mismas/os al estar en contacto con personas del otro sexo.

Generalmente en la mitad de la adolescencia se vuelven más comunes las relaciones de noviazgo, que son cortas pero muy románticas e intensas. Más adelante, las relaciones amorosas se vuelven más duraderas y estables, caracterizadas por una mayor preocupación por lo que siente y desea la pareja. En estas épocas también surge la preocupación por decidir si se tienen relaciones sexuales genitales o coitales.

Además, en la adolescencia se consolida la identidad sexual, es decir, la forma en que una persona se siente, en lo más íntimo de su ser, como hombre o como mujer. A pesar de que esta identidad es producto de un largo proceso que inicia desde la niñez, en la adolescencia “se pone a prueba y se ensaya” a través de todas esas conductas hacia personas del mismo sexo y del sexo contrario, a las cuales nos referimos anteriormente.

La identidad sexual permite que las personas puedan sentirse, reconocerse y actuar como hombres o mujeres. También aclara las ideas, sentimientos y significados que se tienen con respecto al propio sexo y al sexo contrario. La identidad sexual nos permite diferenciarnos como hombres o como mujeres.



http://www.youtube.com/watch?v=E5qTnjFUwAw